1ra Carta para mi querido Samuel.
En otros textos pasados, te he referido tantas veces.
Fuiste siempre ese amigo imaginario, con el que consulte en mis largas caminatas en soledad.
Hay quienes los llaman angeles, y los hay de muchos tipos.
Vos, mi primer angel. El que seguro también registra, a máquina de escribir, imposibilitado de hacer borrones y libros nuevos, todas mis palabras, pensamientos, movimientos.
Escribirás un libro, o varios. Serás todo eso que soy y más, porque en nuestro proceso de acostumbrarnos a vivir sin el otro, a madurar, te dejamos madurar muy chico. Y es que nosotros eramos muy inmaduros, tercos, yo demasiado racional y.
No quiero hablar de terceros en mi carta, última carta a mi preciado pedazo de corazón. Mi orgullo, mi sueño pendenciero depositado en vos.
Por qué te abre torturado tanto con mi presencia? Ojala que no, que sea sólo esta etapa de mi vida, que es así como lo veo. Que yo algún día me perdone, y te escriba cartas, nunca pensando en el ádios, de esta manera.
Aunque aún perdonándome, no dejaría de haber sentido este sentimiento que tanto quisé evitar.
Lo conocía, yo sentí haberselo ocacionado a alguien y no era yo, era ella misma. Pero fijáte, como ella me influenció. Se lo dije, se lo pedí, insistía en cargar mochilas.
Se enojo tanto una vez que yo me compré, en feria barata, la menos duradera de todas las mochilas, por barata, pero moralejalmente de corta vida, mochila de estilo mochilero. Esas en las que podrías llevarte la pieza de rebelde adolescencia, que pintaste de naranja chillón, que también quizo aconsejarme que odiaría, y todos mis recuerdos, como la vez, que me quedé la tarde sola en casa para pintarla, y dos amigos subieron a ayudarme, y me divertí a cantaros, actuando como una adulta, preparando mate entre la tortola pareja de niños que se querían inocentemente, a punto de revelarse ante nosotros pasiones mayores, entrañantes, más allá de las cosquillitas de la panza, más profundo que el ombligo, ahí donde todavía en el 2000, hubiera sido vergonzoso incursionar en mi propio cuerpo. Mi propio cuerpo. De haberlo escuchado más naturalmente. Espero haberte podido enseñarte a sentir, como yo lo hago. Ahora. Y también siempre, si sentir es la manera, no es motivo, ni el acto.-
Ame sentir la piel de gallina, llorar conmovida muchas veces por tristeza y rabia, sí. Pero, a pesar de que existían esos dolores del alma que acepte vivir con grandeza, me gustaba conmoverme con una canción que nos encantaba, muchas. Una de ellas era una que hablaba de todo eso que me definía tan bien, pero claro, muchas canciones nos definen a través de los años, de las época, de las etapas en las que uno crece o se detiene. A más etapas, más canciones, a períodos más largos de una canción, menos procesos evolutivos, estática, permanencia de las cosas, los actos, menos movimiento como una especie de tiempo congelado en el que Dios no aprueba el ingreso al siguente paso, simplemente porque de hacerlo, tropezarías aún más, quemando etapas, saltanto canaletas, y rompiéndote los dientes contra el cordón.
Historias de mis sobrinos. Tus primos, tantas que me gustaría haberte contado. Y sí lo hice. Espero haberte transmitido el amor que les tengo, a ellos, a tus tías y tíos, por ambas partes.
Con tu papá no tuve victoria. No sé que no pasó. Tal vez, todos ellos, y vos, que siempre sentí que se esforzaban por entenderme aunque a mi sólo me importara que él se esforzara. Me importaba mucho, muchas cosas. Pero sólo porque un ser humano así tiene que ser. De haber sido por mí, JA! De haber sido por este ser humano algo inusual para muchos, hubiera dejado todo, hubiera fingido perder la memoria, el accidente, todo, me hubiera re encontrado con él y vos, hubiera sonreído de felicidad, llorado a piel de gallina emocionada como sí disfruto llorar porque quise ser feliz, hubiera abrazado sus esbeltos cuerpos, mi hombre y mi bebe, sin haberlos olvidado ni por segundo, sino que hubiera dejado a todo el resto atrás sólo por restablecernos, sanos, saludables, sin forcejeos en los baños histéricos de fiebre, llanto, picazón, dolores de cabeza, la resaca, vos, él y yo.
Pero tuve que importarme por otras cosas, porque me estaba volviendo loca. Me estaba consumiendo supuestamente.
Que el amor no era lo que yo pensaba. Me sentía decepcionada.
Tenes que salir, tenes que retomar tus amigas, amigos, sacarle la teta, dejar de esperar que él quiera salir con vos, dejalo, salí, estudié, trabajé, nunca pude dejarte a vos, no. Te amo y seguía creyendo, muy internamente y aunque juré no repetirlo a nadie, a vos sí te lo puedo contar, seguía creyendo. Nadie puede agotarse de que lo amen, de recibir cariños, abrazos y cuidados. Y espero haberlo logrado, haber confiado en mis principios lo suficiente como pa' que ahora vos seas el ejemplo vivo de ello. Del amor y la confianza, la libertad de tu ser, tu personaje natural y amoroso, ese era mi sueño. Perdoname vos también. Yo creo que lo hice pero igual me estoy despidiendo. A mí eh!! Yo me perdoné a mi misma. Capaz que no debería. La aceptación también es algo que siempre me condiciona.-
Perdonáte lo que te impuse sin poder ser capaz de filtrarlo porq eras sólo un niño absorviendo consumos que no podías elegir. Alguna vez me dijiste que sí, vos, ese angel en el cielo me conoce desde niña, y me eligió para que yo, entera yo, sea su mamá.-
Perdonáte lo que te impuse sin poder ser capaz de filtrarlo porq eras sólo un niño absorviendo consumos que no podías elegir. Alguna vez me dijiste que sí, vos, ese angel en el cielo me conoce desde niña, y me eligió para que yo, entera yo, sea su mamá.-
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