"La Paz que buscaba" cito (espero que respetuosamente como siento que lo hago) a una compañera de trabajo en su sensible expresion
No.
Boluda mujer. ¿Cómo? ¿Cómo no me llamaste una vez más para contarme lo que pasaba? Igual ya no estaba ahí para esucharte. Vos tampoco estabas del otro lado y ni siquiera lo sabía. Escuchaba tantas cosas, canciones, murmullos, susurros, rumores, risas, llantos, gritos, entones. Pero no relacioné a tiempo.
Esa intensa y estúpida sensación de querer haber arreglado todo. De pensar que uno puede cambiar las cosas, cuando no cambia nunca el recorrido de vuelta a casa, ni de casa al trabajo, ni del fichero al lugar asignado.-
Revisando lista, limpiando, haciendo espacio, no puedo borrar tu número, menos tu nombre. Los desinteresados de la vida, caminamos a las puteadas, ofendiendo sin pensar, pensando, que me entiendan o que no, que me importa, ya se me va a pasar, o no, y qué? Y que si no, y si mañana no vuelvo a llegar para estar a las puteadas o para ofender o si no llego a estar para pedir perdón porque verdaderamente no era con vos el tema pero estabas parada, sentada ahí en frente para hacer una mueca y yo asumir que lo que a mí me ocurría a vos te molestaba y así seguir toda la mañana suponiendo que cada vez la sopa se hacía mas espesa, que el arroz se pasó, que el abrigo no tiene arreglo, ese abrazo no será dado porque el brazo está herido y las cosas ya no son como antes. Y otra amiga surgirá, alguien nuevo con quién compartir.
Surgirá una nueva madre para esos niños? Hemos pensado en la importancia de los roles, entonces creemos que alguien es más importante que otro?
Alguien tenía frío, y camino por una ruta que no conocía, ya no sentía. Por el contrario, pensaba, máquinaba a toda marcha en todo lo que la vida de ella consistía. Que los niños, que la cuñada, que la suegra, que la casa, que el amor, que no limpié bien los pisos y en lo que le tendría que haber dicho, en vez de, o para conseguir tal o cual, volver, subir el tono de voz, el gobernador, estaba tan cansada, perdonarme, dejar de martirizarme pero soy tan estúpida, y ahora como voy a hacer para seguir adelante sin todo, como no me valoran y porque habrian de valorarme si, mirame.-
Temblaba.
Se sacudía pero no era el frío, ya no sentía. Si lo hubiera hecho, no lo hubiera hecho. Y era templado el clima pero la noche generaba un frescor en los corazones. Pero ella estaba ahogada en su cabeza. Si hubiese logrado sentir el leve frescor de la noche en su corazon no lo hubiese podido hacer. Lo hubiera logrado, hubiera salido de esa, y hubiera hecho otra cosa, tal vez, hubiera logrado volver a casa y contar, o dormir y al otro día ver, que otra cosa se podía hacer al respecto. Abatida, sin poder poner otro límite, ni pisar otro freno, apretó el detonador de la máquina reseteadora. No volvio a reiniciar pero por algo apuntamos a la sien y no a otra parte. Es ella la que molesta y que dificil es apagarla a veces. La paz que buscaba. Y los que no se alteran ante nada, ni trasmutan, ni evolucionan, no se enloquecen. Tampoco sienten. ¿Adonde dispararían ellos si pudiesen vivir?
Boluda mujer. ¿Cómo? ¿Cómo no me llamaste una vez más para contarme lo que pasaba? Igual ya no estaba ahí para esucharte. Vos tampoco estabas del otro lado y ni siquiera lo sabía. Escuchaba tantas cosas, canciones, murmullos, susurros, rumores, risas, llantos, gritos, entones. Pero no relacioné a tiempo.
Esa intensa y estúpida sensación de querer haber arreglado todo. De pensar que uno puede cambiar las cosas, cuando no cambia nunca el recorrido de vuelta a casa, ni de casa al trabajo, ni del fichero al lugar asignado.-
Revisando lista, limpiando, haciendo espacio, no puedo borrar tu número, menos tu nombre. Los desinteresados de la vida, caminamos a las puteadas, ofendiendo sin pensar, pensando, que me entiendan o que no, que me importa, ya se me va a pasar, o no, y qué? Y que si no, y si mañana no vuelvo a llegar para estar a las puteadas o para ofender o si no llego a estar para pedir perdón porque verdaderamente no era con vos el tema pero estabas parada, sentada ahí en frente para hacer una mueca y yo asumir que lo que a mí me ocurría a vos te molestaba y así seguir toda la mañana suponiendo que cada vez la sopa se hacía mas espesa, que el arroz se pasó, que el abrigo no tiene arreglo, ese abrazo no será dado porque el brazo está herido y las cosas ya no son como antes. Y otra amiga surgirá, alguien nuevo con quién compartir.
Surgirá una nueva madre para esos niños? Hemos pensado en la importancia de los roles, entonces creemos que alguien es más importante que otro?
Alguien tenía frío, y camino por una ruta que no conocía, ya no sentía. Por el contrario, pensaba, máquinaba a toda marcha en todo lo que la vida de ella consistía. Que los niños, que la cuñada, que la suegra, que la casa, que el amor, que no limpié bien los pisos y en lo que le tendría que haber dicho, en vez de, o para conseguir tal o cual, volver, subir el tono de voz, el gobernador, estaba tan cansada, perdonarme, dejar de martirizarme pero soy tan estúpida, y ahora como voy a hacer para seguir adelante sin todo, como no me valoran y porque habrian de valorarme si, mirame.-
Temblaba.
Se sacudía pero no era el frío, ya no sentía. Si lo hubiera hecho, no lo hubiera hecho. Y era templado el clima pero la noche generaba un frescor en los corazones. Pero ella estaba ahogada en su cabeza. Si hubiese logrado sentir el leve frescor de la noche en su corazon no lo hubiese podido hacer. Lo hubiera logrado, hubiera salido de esa, y hubiera hecho otra cosa, tal vez, hubiera logrado volver a casa y contar, o dormir y al otro día ver, que otra cosa se podía hacer al respecto. Abatida, sin poder poner otro límite, ni pisar otro freno, apretó el detonador de la máquina reseteadora. No volvio a reiniciar pero por algo apuntamos a la sien y no a otra parte. Es ella la que molesta y que dificil es apagarla a veces. La paz que buscaba. Y los que no se alteran ante nada, ni trasmutan, ni evolucionan, no se enloquecen. Tampoco sienten. ¿Adonde dispararían ellos si pudiesen vivir?
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